jueves, 18 de marzo de 2010


(Jesús dijo:) Al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer.

Marcos 10:6-7
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¿Cuál es el modelo para la pareja de hoy?


Desconfiemos de ciertas afirmaciones seductoras, tales como la de un filósofo moderno "Hemos pasado de un exceso a otro. Primer exceso, la pareja monógama, fiel, que vive junta, procrea, construye una familia de por vida; constitución duradera. Segundo exceso, el deseo de empezar por el fin, obtener todo y enseguida, sin construir, y la pulverización de toda historia desde la primera dificultad; construcción temporal". Y el autor propone buscar un tercer modelo. Cuando leemos la Biblia descubrimos que el primer modelo, calificado de exceso por el autor, es el que Dios quiso para la unión de un hombre y una mujer. El matrimonio es una institución creada por el Dios de amor, quien estableció planes realistas para la felicidad de su criatura.

El matrimonio bíblico es un enlace voluntario, basado no en una pasión fugitiva sino en un amor responsable, desarrollado, que respeta al otro y lo cuida, aceptándolo tal como es.

Algunos dirán: ¡Imposible realizar esto hoy en día, en una sociedad profundamente individualista y apasionada por la libertad a cualquier precio! Sin embargo, ¡cuántos sufrimiento y desórdenes serían evitados si los hombres y las mujeres de hoy pusieran su confianza en Dios! Porque lo que está en juego con tal confianza en Dios y en su Hijo Jesucristo es primeramente la felicidad eterna, pero también la felicidad terrenal en el matrimonio. Con Su ayuda, el proyecto de Dios para su criatura es realista y realizable.

martes, 9 de marzo de 2010


El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Romanos 14:17

¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria.
Apocalipsis 19:6-7

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"Venga tu reino"
Sí, Señor, que "venga tu reino" (Mateo 6:10).


Esta oración sube espontáneamente de nuestros corazones cuando oímos hablar de guerra y de opresión. ¡Deseamos que llegue el reino de Dios, que traerá justicia, paz y prosperidad!

No obstante, no nos equivoquemos, esto no ocurrirá antes de que sea juzgada la actual rebelión de la humanidad contra Dios. ¿Esto quiere decir que esta oración sólo es válida para el futuro? No, pues ya tiene un alcance presente. Aquel que se somete a Cristo entra desde ese momento en una nueva esfera moral: el reino de Dios. Goza de sus bendiciones: "justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo".

¡Entrar en el reino de Dios es renunciar a nuestra propia independencia! Es un paso difícil de tomar, porque la autoridad del Señor rompe en mil pedazos el trono de nuestro YO, quebrando así nuestro tenaz deseo de gobernarnos sin Dios. Este hecho tiene consecuencias visibles en nuestra vida, pues en lugar de vivir para nosotros mismos, siempre insatisfechos, somos felices viviendo para el Señor Jesús. No estamos más inquietos, ya que él dirige nuestra vida con sabiduría y amor.

Cristianos, ¿deseamos que el Señor nos guíe? ¿Se lo pedimos cada día? Entonces su Espíritu nos dará a conocer y hará que amemos las santas leyes del reino de Dios que contiene su Palabra y nos hará capaces de ponerlas en práctica.